Instrucción (Diario de Zareba)

-Fortaleza de Theramore -

Los entrenamientos en el acuartelamiento son algo cotidiano y necesario, a la espera de nuevas órdenes para futuros servicios. La instrucción recibida es bastante variada dentro de lo que cabe.

Por una parte, están las sesiones prácticas en el patio de armas de la fortaleza, orientadas sobre todo a primeros auxilios y conocimientos básicos y avanzados de inmovilización de prisioneros, autodefensa o maniobras de combate.

Por otra, están los cursillo teóricos impartidos por eruditos locales de una especie de cofradía de magos del lugar. Se trata de obtener la mayor cantidad posible acerca de cómo se encuentran realmente a fronteras de nuestro nuevo mundo después de lo que se ha llamado "El Cataclismo". Continentes enteros han sido partidos por la mitad y, donde antes había frondosos valles, ahora hay profundos estuarios. Se trata de un nuevo mundo, asolado por el desastre y amenzadado por nuevas guerras.

Me pregunto cómo estarán en casa..

Contra el Martillo Crepuscular (Diario de Morgrimm)

- Loch Modan -

La infame organización del Martillo Crepuscular debe pagar por sus crímenes y no va a ser tarea sencilla de acometer. Como vigilante de la Ley y el Orden en estos pagos, me toca enfrentarme a su amenaza en tierras enanas. Estoy cansado de guerrear contra los malditos ogros que infestan estas montañas, viles criaturas,  que han pasado de ser simples bandidos a convertirse en esclavos de amos más siniestros.

Sus construcciones infestan las montañas y sus malas artes atormentan el espíritus de las piedras, retorciendo su naturaleza para convertirlas en pervertidas obras salidas del abismo. Para los enanos, amantes de la roca y el metal, esta es una de las mayores afrentas que podíamos llegar a sufrir. El mal debe ser purgado, mas temo que seamos demasiado pocos y estemos más divididos de lo que yo pensaba.

Menethil bajo las aguas (Diario de Tholaya)

El puerto de Menethil es una auténtica balsa de agua. Con la destrucción de la Presa de Loch Modan, el valle entero resultó anegado. Ahora, los Menethilianos no hacen otra cosa que achicar agua de sus hogares y maldecir su suerte. Poco hay por hacer aquí salvo ayudar a estas gentes, mas creo que no precisan de la ayuda de una maga itinerante para resover sus problemas. Incluso creo que sería poco grata mi visita..

Ha sido una mala idea venir a este sitio, tan lejos y abandonado de la ayuda de la Alianza. Los pescadores de cangrejos parecen ser las únicas personas que han salido beneficiadas con la inundación de Menethil, ya que no deben aventurarse muy lejos de la ciudad para realizar sus capturas..

En el frente de guerra (Diario de Gnaamesh)

La ciudad de Gilneas se encuentra bajo asedio. Un asedio largo y extraño. Las tropas de Cringrís salen sin dudar a combatir fuera de sus murallas, mostrando una ferocidad y sed de sangre dignas de esas bestias semihumanas. Por muchos licántropos que caigan bajo las armas, otros tantos esperan su turno para correr hacia el enemigo. Sus garras son fuertes y sus cuerpos pueden aguantar tremendas heridas antes de derrumbarse inertes en el barro. Van a ser un enemigo difícil de derrotar.

Mientras tanto, el Real Gremio de Boticarios se encarga de preparar los agentes de plaga necesarios para minar su resistencia antes de que lleguen refuerzos, pues se rumorea que el enemigo ha pedido ayuda a la todopoderosa Alianza en virtud de antiguos pactos y alegando una cuestionable hermandad de sangre con los humanos de Ventormenta. De ser ciertos dichos rumores, quizá la Dama Oscura deba replantearse su decisión de desplegar sus tropas en este lugar.

Ya he estado demasiado tiempo dejándome ver por aquí. Mejor será desaparecer antes de acabar reclutado entre las tropas de Sylvanas.

Mucho por hacer (Diario de Morgrimm)

Tras el paso del dragón por Azeroth nada volverá a ser lo que era. La destrucción de la Presa de las Tres Cabezas, el orgullo ingenieril de la raza enana en Loch Modan, es tan sólo uno de los muchos ejemplos de la devastación que ha sufrido nuestro mundo.

He retornado a nuestra patria para descubrir que los cambios son todavía más importantes dentro de la ciudad. El Rey ha desaparecido y en su lugar gobierna un Consejo de Regencia con representación de las tres principales ramas de nuestra raza: los Barbabronce, los Hierro Negro y los Martillo Salvaje. Esta nueva situación no resulta del agrado a bastantes de los habitantes de la ciudad bajo la montaña, pero es la mejor solución de compromiso que se ha podido lograr para mantener la estabilidad del reino y evitar conflictos mayores.

He retornado a nuestra patria para ayudar con mi servicio y eso es lo que haré, pero me temo que hay mucho por hacer..

Guerra en Argénteos (Diario de Gnaamesh)

El tranquilo paraje conocido como el Bosque de Argénteos bulle con la actividad bélica. Por doquier, las tropas de Entrañas se preparan para el asalto a la mismísimo Muralla de Cingrís, al sur del bosque. Los combates y escaramuzas en la frontera con los hombre lobo son algo frecuente, y cada día que pasa se pierden muchos efectivos. Presiento que será una guerra larga y costosa.

He visto cómo el Jefe de Guerra de la Horda ha enviado sus refuerzos, consistentes en batallones de brutales orcos venidos desde el otro lado del mar. Son criaturas toscas y predecibles, dispuestas a combatir por una buena paga y abundante cerveza goblinoide, pero no cabe duda de que serán valiosas tropas de choque, en tanto más valiosas como que podrían ser "reutilizadas" de nuevo tras su muerte si se efectuasen los preparativos y rituales adecuados.

Hay algo en esta última idea que despierta extrañas sensaciones en mis olvidados recuerdos. Es algo turbador, que me llama poderosamente la atención, como el fuego atrae a la polilla a su fatal encuentro con las llamas. Si pudiera recordar...

Decidiendo el rumbo (Diario de Tholaya)

Con la ciudad casi totalmente reconstruida, y no teniendo nada mejor que hacer aquí, creo que va siendo hora de empezar a explorar nuevos horizontes. ¡ El mundo es demasiado grande como para perder el tiempo en un sólo lugar !

Así pues, creo que abandonaré la capital de los humanos en cuanto ultime unos cuantos detalles, entre los que se encuentra consultar su gran biblioteca, ahora de nuevo en pie. Aún no tengo muy decidido dónde iré, pero estoy barajando diversas posibilidades, a cada cual más interesante. Las tierras de los elfos son una buena opción, ahora que han abierto sus fronteras a los magos, aunque también podría retornar a Menethil y proseguir mis estudios de la fauna y flora de Los Humedales, o incluso dirigirme a Crestagrana y visitar la Villa del Lago.

 Todavía tengo unos días para pensarlo.

Días de permiso (Diario de Zareba)

Tras la campaña de pacificación en los Páramos de Poniente, las Espadas disfrutamos de unos días de permiso en Ventormenta. Atrás quedan las noches a la intemperie y la terrible miseria que azota a los habitantes de dicha región, que han visto destruídas sus fuentes de sustento tras el paso del dragón. La pobreza de los Páramos es ahora peor que nunca, aunque quiero pensar que nuestra labor allí habrá servido de algo. Sólo el tiempo lo dirá.

Ventormenta, a medias reconstruida, se engalana mientras tanto para recibir los festivales del invierno. Las familias se reunirán de nuevo y, durante unos días, las miserias serán un poco menos importantes. Hoy he quedado para despedir al viejo Morgrimm, que desea retornar a Forjaz para intentar ayudar al pueblo enano en todo lo que pueda. Creo que de nuevo vuelve a sentir la sagrada necesidad de proteger y servir al reino enano bajo la montaña, así que no se si nos veremos mucho en los próximos meses, cuando de nuevo me movilicen para cumplir misiones en el extranjero. Es un poco triste que muestros caminos se separen de nuevo en este punto, mas son nuestras elecciones personales lo que nos hace ser criaturas inteligentes que viven en libertad.

Nuevos tiempos (Diario de Grumnkko)

La llegada del cataclismo a los Baldíos ha cambiado el modo de vida en las praderas. Miseria y hambre son palabras conocidas de sobra por estas tierras. Donde antes había cañones, ahora hay ríos y donde había valles, ahora hay montañas. Muchos animales han huido a otras zonas, mientras que los granjeros de la región han visto endurecida su supervivencia.

Pero no todos los cambios son malos. En estos tiempos difíciles, el comercio debe mantenerse a toda costa y los asaltos a las caravanas son frecuentes. Así, es relativamente fácil para un tirador alquilar sus servicios a los caravaneros como escolta armada. La paga es aceptable, sobre todo si tienes buena puntería y, además, conoces gente muy interesante en este negocio. No son malos tiempos del todo.

Saliendo a la calle (Diario de Morgrimm)

La recuperación de las heridas sufridas en el asalto de los elementales a la ciudad ha sido lenta, mas ya creo que estoy prácticamente curado. Tener la recia constitución física de un enano ayuda en el proceso, desde luego. Han pasado ya muchos días desde que toneladas de piedra y madera decidieran comprobar el grado de resistencia de mi cuerpo, pero los moratones todavía adornan mi piel, como un recuerdo de lo cerca que estuvo el fin de Morgrimm Báldrek.

Hoy es el primer día que salgo a la calle desde aquello. Tengo ganas de ver si han comenzado las obras de reconstrucción de la ciudad. Me han dicho que el dragón hizo temblar los cimientos de Ventormenta como si fuera un flan de crema. Casi siento lástima de habérmelo perdido..

Un regalo muy especial (Diario de Zareba)

De entre las cosas buenas que tiene la compañía de las Espadas, una es la cama radería que existe entre sus miembros, indistintamente de los rangos, fruto de haber servido juntos como unidad anteriormente.

Un ejemplo es Aznaíl de Ventormenta. A pesar de ser mi superior, este correoso militar es, con diferencia, uno de los más íntegros que he conocido, además de tener cierto aire paternalista para con sus subordinados en los momentos de necesidad que suele ser el apoyo necesario para seguir adelante. Serví con él en Vallefresno, en la última de las misiones de las Espadas de Wrynn y allí pude entrever la verdadera naturaleza de este caballero de edad madura, disciplinado en el deber y tajante en las órdenes, pero preocupado al mismo tiempo por cada uno de los soldados a su cargo. Un buen hombre, a mi juicio, serio pero accesible al mismo tiempo.

Hoy se me acercó y me llevó hasta unos cajones de suministros.

- Me gusta que mis Espadas luzcan bien, Zareba - dijo mientras abría la tapa de madera con un crujido

- Si, señor - respodí, intrigada por lo que tenía que decirme. Quizá nuevas órdenes, quién sabe.

- Por eso quiero que luzca esta coraza, que espero le sirva bien - dijo, sacando una coraza un tanto desgastada por el uso - Tendrá que pulirla, sin embargo, pues tiene algo de herrumbre. Y las correas, habrá que revisarlas, por si acaso.

Tuve que cerrar la boca, que se me había quedado abierta por la sorpresa, teniendo en cuenta que la marca de artesano que lucía la coraza era la del propio Aznaíl, lo cual indicaba que el había sido el artífice, quizá hacía mucho tiempo.

- Si señor. ¡ Gracias, Señor! - me limité a responder. Y luego añadí: - La llevaré al Barrio de los enanos, donde conozco artesanos que la dejarán como nueva.

- Eso espero, Zareba. Debe quedar impecable. Ahora, retírese.

- ¡Sí , Señor! - respondí haciendo el saludo marcial, mientras el viejo Aznaíl me devolvía el saludo con una sonrisa a medias en los labios.

Los enanos hicieron bien su trabajo y luce como nueva. Ahora que la veo en la panoplia del cuartel, no dejo de admirarme del buen trabajo realizado en esta coraza, que sin lugar a dudas me hará falta mañana cuando partamos hacia los Páramos de Poniente a prestar apoyo a las tropas desplazadas allí.

Las Espadas lucirán de nuevo al sol una vez más.

Retroceso (Diario de Grumnkko)

Los orcos son duros como la tierra que les da cobijo y, pronto, una nueva ciudad será terminada en el lugar de la anterior gracias a  la fortaleza y voluntad de nuestro pueblo.

Pero veo negros nubarrones en nuestro futuro. Nuestro nuevo líder, Garrosh Grito Infernal, carece de la sabiduría que caracterizó al depuesto Thrall y sus métodos, directos y despiadados, recuerdan al de anteriores caudillos orcos en tiempos más oscuros.

Nos lo merecemos, sin embargo, pues fuimos muchos los que anhelábamos la vuelta a los tiempos de guerra , pensando que quizá nos estábamos volviendo demasiado blandos y que el espíritu guerrero de la raza orca se había desvanecido para siempre. Y puede ser que así fuese, que los jóvenes engordaran en las tabernas a base de cerveza y que nos rindiéramos ante la perspectiva de una larga vida lejos de las armas pero, al mismo tiempo, progresamos mucho como pueblo, llegando casi al nivel de sabiduría de antes de la caída en las garras demoniacas de la Legión Ardiente.

Ahora, amparados en un belicismo descontrolado, asistimos al desprecio de los consejos de los sabios por parte de nuestros líderes. La antigua sabiduría de los chamanes ha dado paso a la euforia de la magia y la brujería, hasta el punto de que no hay buenas palabras para los sabios en los altos mandos.

El camino a la perdición ya está pavimentado bajo nuestros pies. Y pronto comenzaremos a recorrerlo.

El campo devastado (Diario de Zareba)

De pie, en medio del humo de los campos devastados, miro el rostro de mi enemigo agonizante. Las llamas de los incendiados viñedos prenden en las resecas viñas y las hacen arder como teas. Este año, no habrá cosecha en Villanorte. Ni tampoco el próximo.

El enemigo cayó sobre estas tierras como una oscura marea, asesinando a las mujeres y los niños que se refugiaron en el campo creyendo que era un lugar seguro y fueron a parar a manos de sus inmisericordes verdugos.

Ante el cuerpo de uno de ellos, me lleno de tristeza. Lloro por todos los que hoy no podrán llorar, lloro por todos los que dieron sus vidas y por los que todavía deberán caer.
Me limpio las lágrimas con la manga y mi cara se cubre de manchones de hollín. Aprieto fuertemente los dientes, tratando de recomponer mi ánimo. Soy una Báldrek. Nadie me verá llorar.

Amenaza en la frontera (Diario de Zareba)

La Abadía de Villanorte se ha convertido en un campamento militar, lugar de encuentro del nuevo ejército de Ventormenta y sede de la oficina de reclutamiento. Muchos ciudadanos, desposeídos de todo lo que tenían por la llegada del Dragón, acuden a diario hasta aquí con la intención de alistarse en el ejército y, quizá, olvidar sus propios fantasmas.

Aún no se nada acerca de Morgrimm. Lo último que he sabido es que probablemente se hallaba en el Barrio de los Magos cuando la ciudad fue atacada. Está en la lista de los desaparecidos.

Pero ya habrá tiempo de lamentarse por los caídos. En estos momentos, una nueva amenaza se cierne sobre el reino de los hombres: los orcos.
Habiendo desaparecido gran parte de la población de Ventormenta y con los recursos estratégicos debilitados, el antiguo enemigo de la raza humana vuelve a cruzar las fronteras y amenazar a nuestras gentes. Las Espadas, cumpliendo con nuestro contrato con el Nuevo Ejército de Ventormenta, no podíamos faltar a nuestra cita con las armas. Tenemos órdenes de defender estas fronteras con nuestras vidas, si fuera necesario.

Siervos de la Plaga (Diario de Gnaamesh)

He pasado demasiado tiempo sumido en la oscuridad del olvido. El Bosque de Argenteos ha cambiado y , por unos instantes, tengo la sensación de que nuestro enemigo más odiado, el Rey Exánime, ha regresado para atormentarnos. Dondequiera que mire veo las máquinas de muerte de los Portadores de Plaga esparciendo sus efluvios al frío aire de la noche, mientras aquellos contra los que luchamos, los siervos del Rey Exánime, campan a sus anchas en nuestras tierras.

Pero no, no es esa la realidad. Lady Sylvanas ha acogido a los antiguos servidores de nuestro enemigo para que sirvan a Su causa. Ignoro cómo acabará todo esto. Por de pronto, la Horda tiene un nuevo líder, una especie de nuevo bruto salvaje y pendenciero el cual,  por lo que se dice, no es del todo favorable a la causa de los Renegados. Una nueva disposición de poderes parece lo más acertado y el desenlace más probable es que Sylvanas abandone a nuestros aliados para llevar la guerra por su cuenta, mas nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá en los próximos meses en estas tierras.

Lo que sí que es cierto es que, si este fue mi hogar hace tiempo, ya ha dejado de serlo para siempre.