Sentimientos (Diario de Zareba)

Una tumba anónima y perdida en el bosque es todo lo que queda de mi linaje humano. Eso y la herrumbrosa espada que presuntamente perteneció a mi padre y que guardo entre mis pertenencias más preciadas, a pesar de ser un arma corriente y sin valor. Esgrimirla me causa una gran tristeza...

Todo lo demás, incluidos los recuerdos, se lo llevaron los licántropos del Bosque del Ocaso hace demasiado tiempo y poco importa ya. Recibí una vida y una educación con los Báldrek y eso es lo que importa ahora.

Sin embargo, he de admitir que la sóla presencia de los Huarguen, los hombres-lobo venidos del reino de Gilneas y aliados con Ventormenta, me llena de una profunda repugnancia. Pasean sus miserables existencias entre nuestra gente y por nuestras calles como si fuera lo más corriente, como si su mal no estuviese presente, incluso presumiendo de su parte animal delante de los "simples humanos".

Se que en el ejército, muchos de ellos están sirviendo con valor y devoción dignas del mejor de los soldados humanos, y que incluso entre las Espadas hay algunos de ellos, pero no consigo quitarme de encima esa extraña sensación de repulsión cuando noto su presencia cerca.

En fin, debo regresar a Ventormenta y coger el primer barco a Theramore. El permiso se acaba y debo retornar a mi puesto me gusten o no los Huargen. Quizá algún día me libre de este sentimiento, pero hoy no tiene pinta de ser ese día.

Quizá mañana...

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