Un alto precio (Diario de Gnaamesh)

Los gritos de los salvajes que pululan por la ciudad trol abandonada resuenan a mis espaldas bajo la luz de las estrellas pero tan sólo servirán para que los pájaros y los monos detengan por un instante su parloteo incesante y se retiren, acobardados, a sus malolientes madrigueras.

El demonio abisario que me ha acompañado en esta expedición hará bien su trabajo, aniquilando a todos los que se le opongan y permitiéndome escapar de las ruinas del templo sin ser molestado. Contemplo durante unos instantes estas piedras, reliquias de otros tiempos, mientras acaricio la bolsa que contiene musgo arrancado de los muros de este abandonado lugar. Su propia esencia mágica atraviesa la bolsa de terciopelo donde lo he guardado y aporta algo de calidez a mis frías manos. Es una mercancia muy valiosa, tan valiosa como para que los fieros trols de las ruinas paguen el precio que están pagando.

 Los rugidos han cesado dentro, seguramente porque el abisario ha caído ante sus enemigos. Tardaré bastante en volver a invocarlo desde su plano después de esto. Mientras tanto, será mejor que me aleje de este lugar.

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