Una excursión interesante (Diario de Tholaya)

Los enanos Hierronegro son bastante más cordiales de lo que me esperaba. No son tan abiertos como sus primos de Dun Morog y quizá sean un poco más siniestros, pero eso quizá se deba a que durante incontables eras han cavado demasiado hondo en las entrañas de la tierra y se han vuelto así de hoscos por el aislamiento.

Al menos, es una teoría plausible...

Hablando con los más abiertos, llamados Hermanos del Torio, me enteré de que el enorme dragón que arrasó Ventormenta paso también muy cerca de la Garganta de Fuego. Me contaron que su devastación fue tan enorme que dejó un profundo surco en la tierra, conocido como la Cicatriz y, como no podía evitar perdérmelo, les pedí amablemente instrucciones. Tras negociar duramente un ajustado precio con los chicos del Torio, logré que me proporcionaran un guía que me llevase hasta las Tierras Inhóspitas.

Cuando llegué allí intenté encontrar otro guía, pero no encontré a nadie. Supongo que por eso se llaman Tierras Inhóspitas. Creo que me perdí al intentar llegar y dí un par de rodeos,  unas pocas leguas de nada aquí y allá, hasta que encontré el rumbo correcto y enfilé hacia un cañón calcinado.

Lo que vi allí me dejó sin palabras, cosa rara en mí, y no pude más que contemplar fascinada el gigantesco surco abierto en plenas montañas, recubierto de hollín y de piedra endurecida como los ladrillos de un horno de alfarero tras ser sometidos a elevadas temperaturas. Evidentemente, la enorme criatura ha dejado una huella imborrable en Azeroth y no sólo metafóricamente hablando. Creo que, con toda probabilidad, este cañón acabará convirtiéndose en una de las maravillas del mundo si transcurre el suficiente tiempo.

Por cierto, que me han dicho que de vez en cuando un gigante de fuego se pasea recorriendo el valle de arriba a abajo. Me pregunto si podré hacer algo para poder verlo y si podré encontrar por aquí un vendedor de papiros, pues he agotado todos mis cuadernos con muchos dibujos de la región y me gustaría poder hacer un grabado de semejante criatura suponiendo que llegue a verla, claro.

Nuevos reclutas (Diario de Zareba)


"Puede que no sean ustedes mas que una panda de reclutas de los que no se espera gran cosa por ahora, pero están en camino de convertirse en soldados de la Alianza.
Por ello se les tratará con dureza pero se recompensarán sus esfuerzos.
Se los convertirá en las gloriosas espadas que la alianza necesita contra sus enemigos y en los defensores de sus gentes. 
Mas para empezar a andar ese camino y para evitar que vayan al cepo o al calabozo hasta que sean eso, repasemos unas cuantas normas básicas."

(Arenga del Teniente Darcius Pedregosa frente a las puertas del Cuartel de Arroyoeste)