Varada en Ventormenta (Diario de Tholaya)

Era de esperar que un viaje tan largo hasta Ventormenta iba a pasar factura al zancudo mecánico que utilizo como medio de transporte, pero el caso es que me pareció que no le haría falta, habida cuenta del buen rendimiento medio porcentual que había registrado desde que abandoné las tierras inhóspitas. Quizá debiera haberle hecho una puesta a punto antes de partir pero esa región del mundo no me pareció, como su nombre indica, demasiado hospitalaria.

Así, al poco de entrar en la zona denominada "Los Canales" los engranajes de transmisión empezaron a soltar humo y gruñir como un gato en celo. Intenté compensar la presión en el calderín del mecazancudo, mas mis esfuerzos resultaron ser vanos para detener las fugas de vapor a través de las juntas de seguridad. Hubiera sido interesante comprobar el radio de la explosión de un mecazancudo en un entorno urbano, pero no creo que al entorno le iba a hacer ningún bien, así que decidí desconectarlo en cuanto entramos en el concurrido Casco Antiguo de la ciudad.

Y allí tuve un golpe de buena suerte porque, en una taberna llamada "El cerdo borracho" (nunca supe la gracia del nombre de tan concurrido local, pues que yo sepa, los cerdos no se emborrachan) encontré a algunos compatriotas gnómicos que amablemente decidieron ayudarme a remolcar mi maltrecho vehículo hasta un ingeniero competente (gnómico claro ¿quién si no?). Da gusto encontrarse con otros gnomos lejos de Gnomeregan. Es como un trocito de hogar lejos de nuestro querido (y ahora radioactivo) hogar..

Tras regalarles unos remaches cogidos por mi misma en la zona cero de Gnomeregan (¡toda una reliquia!) me despedí de mis benefactores en el barrio enano. Tenían cosas que hacer y yo estaba muy cansada como para seguir con ellos. Supuse que ya los vería, pero no ha sido así, pues es una ciudad demasiado elevada para personas de nuestra estatura.

 Ahora mismo me encuentro alojada en una posada regentada por enanos, en el barrio enano de una capital humana, tengo una espera de varios días mientras me reparan el transporte y mucho, mucho tiempo libre.¿Qué voy a hacer?

Bueno, de momento, empezar a buscar papiros y libretas para mis anotaciones. Después, ya veremos.