Las reparaciones de mi medio de transporte ya han concluido, lo que significa que puedo ir donde me de la gana. El problema ahora es que a lo mejor no quiero irme demasiado lejos de la ciudad. Creo que me quedaré por Ventormenta, al menos por un tiempo. Hay demasiadas cosas que aprender aquí, pues he vuelto a retomar mis viejos estudios de caligrafía ¡e incluso me han proporcionado un escritorio propio en el Gremio de Calígrafos e Inscriptores de Ventormenta!
Una oportunidad así no puede despreciarse, así que me temo que dejaré por un tiempo mis aventuras y me centraré en el dominio de las tintas y runas de poder, a la vez que profundizo en mis estudios de magia arcana en la Torre de los Magos antes de partir hacia la magiocracia de Dalaran. Y una vez allí..bueno, mejor que vaya paso a paso.
FINAL DEL DIARIO DE THOLAYA
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